“La que se ornamenta las
mejillas con cascabeles”, es el significado en español del nombre de la
Coyolxauhqui, pieza escultórica emblemática de la cultura mexica, descubierta
el 21 de febrero de 1978 en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de
México. La deidad, relacionada con la luna, es una de las pocas esculturas
tenochcas que muestran la desnudez femenina.
De casi 8 toneladas y 3.25
metros de diámetro, la pieza prehispánica ya era mencionada en las crónicas de
Diego Durán, Tezozómoc y fray Bernardino de Sahagún, como parte del panteón
mexica, pero fue hasta la década de los años 70 cuando se descubrió la más
grande de las seis esculturas de la deidad que hasta el momento se han hallado.
La pieza de andesita rosada
en forma discal se encontró de manera fortuita cuando una cuadrilla de la
Compañía de Luz y Fuerza laboraba a más de dos metros de profundidad en la
esquina de las calles de Guatemala y Argentina. Estaba cubierta por arenilla y
un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) la desenterró luego de permanecer en el subsuelo por 500 años.
En el monolito hallado hace
37 años, la diosa aparece desnuda y desmembrada, porque aludía a una de las
últimas etapas de la derrota de los enemigos, que consistía en despojarlos de
sus ropas.
Según el mito, Coyolxauhqui
era la dirigente del grupo Huitznahua, uno de los barrios que salieron de
Aztlan, quienes al llegar al cerro Coatepec se enfrentan a Huizilopochtli, su
hermano, quien los derrota y a ella la decapita y arroja, quedando desmembrada
al pie del monte.
Este hallazgo detonó el
Proyecto Templo Mayor, encabezado por el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, a
partir del cual surgieron nuevos descubrimientos de representaciones de la
diosa lunar. Una de ellas es la realizada en piedra de tezontle con la que
armaron las piernas, brazos y tórax, y que corresponde a una fase constructiva
anterior del Templo Mayor.
(Información y fotografías
INAH)
No hay comentarios:
Publicar un comentario