Focos
rojos o guindas
Se
encienden los focos rojos en el caso del Instituto Politécnico Nacional (IPN)
al cumplirse cuatro semanas sin actividades académicas. La propia Asamblea
General Politécnica (AGP) pierde simpatía porque la mayoría quiere regresar a
clases.
La
Secretaría de Educación Pública (SEP) citó para el martes 28 a la
representación estudiantil a un diálogo que lleve a destrabar el conflicto,
pero la respuesta fue que será el jueves 30, por lo que se sumarán cinco
semanas sin actividades académicas.
Por
el momento más de 176 mil alumnos politécnicos están sin clases y prolongar el
problema llevaría a la situación de que se hará más daño a la población que se
dice defender. El debate y la defensa de la educación de calidad tiene una de
sus trincheras en las aulas, que hoy están vacías.
Sí
bien es cierto que es necesario terminar con ciclos perversos e impulsar una
educación de calidad para revertir procesos de desesperanza y frustración en
jóvenes, esto se puede hacer de manera paralela a las clases.
De
hecho, el regreso a clases le daría nueva vida a la AGP que en un inicio dio la
impresión de un movimiento ejemplar, hoy hay muchas cosas que no se pueden
explicar. Con los estudiantes en las escuelas la participación será mayor.
Y es
que no se puede defender la educación pública paralizando escuelas, toda vez
que se le dan armas a los enemigos para atacar uno de los proyectos más nobles
de México.
En
esta columna señalamos, ya en reiteradas ocasiones, la falta de políticas de
Estado tendientes a aprovechar el bono poblacional que representan los jóvenes;
más sin embargo seguimos con más de siete millones de ellos que no tienen
oportunidades de empleo ni acceso a la educación, y los que tienen un lugar
están en paro.
Es
cierto que para salir adelante como nación tendremos que destinar recursos
presupuestales y construir una ruta de viaje encaminada a alcanzar la cobertura
universal en el bachillerato y duplicarla en el nivel superior.
En
este momento no se trata ya sólo de la cobertura, ahora la enseñanza debe ser
de calidad, y debe ir acompañada de oportunidades de empleo justamente
remunerado, porque ahora el país tiene el problema de profesionistas
desempleados, y con ello la inversión en su educación se pierde.
Ofrecer
a los jóvenes la oportunidad de prepararse es la forma más directa de alejarlos
del delito y las adicciones. Con más educación tendrán mejores posibilidades de
empleo y desarrollo
Educarlos
no sólo es la mejor manera de sacarlos de los ciclos de la desesperanza y la
frustración, también tiene sentido estratégico para la juventud, sus familias,
comunidades y el país
Textualmente hay que decirlo:
Educación de calidad y empleos justamente remunerados es una de las tareas que
nuestras generaciones deben emprender, para asegurar que la inversión que se
haga en este sentido sea una de las más productivas y valiosas para la nación.
Adalberto
Villasana: Premio Nacional de Periodismo 2005, otorgado por el Club de Periodistas de México, en la
categoría de Divulgación de la Educación, Ciencia y Tecnología.
Twitter: @Villasana10
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