México cada vez tiene menos
capacidad para determinar qué cultivos necesita para alimentar a su población,
en qué parte del territorio es adecuado sembrarlos y cómo producir las
semillas, afirmó José Sarukhán Kermez, coordinador de la Comisión Nacional para
el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Por otra parte sostuvo que
el tema de los transgénicos es un problema científico, político y económico,
pero también uno que cuestiona sobre si el país asumirá su responsabilidad de
gestoría en la soberanía alimentaria.
Desde hace varias décadas,
los recursos para hacer investigación agrícola en México se han reducido
drásticamente y varias de las instituciones que la llevaban a cabo han sido
desmanteladas, tal como sucedió con las extintas Productora Nacional de
Semillas (Pronase) y la Compañía Nacional de Subsistencias Populares
(Conasupo), dijo Sarukhán
Es por esto que actualmente
no estamos generando realmente ciencia fundamental en muchos de los campos que
son esenciales para la producción de alimentos en México, sostuvo durante su
participación en la presentación del libro El maíz en peligro ante los
transgénicos. Un análisis integral sobre el caso de México, el pasado 25 de
febrero en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM).
Para José Sarukhán, la
pérdida de la soberanía es el eje central en la controversia que envuelve el
tema de los organismos genéticamente modificados en México. “Yo no tengo ningún
problema con la biotecnología o con los transgénicos, pueden ser muy útiles,
depende de para qué se ocupen; tengo un problema muy grande cuando la
información que tiene que ver con cómo la gente puede adquirir semillas para
producir los alimentos en este país se vuelve privada”.
(Con información y foto de
la AMC)
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