A nivel global es necesario
avanzar en la formación de una ciudadanía comprometida con el progreso, el
respeto al medio ambiente, la pluralidad y la diversidad con paz y justicia
social, afirmó el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.
Al participar en el inicio
de las actividades del Año Dual México en Alemania y Alemania en México, el
doctor Graue se manifestó a favor del intercambio productivo de saberes entre
pueblos con culturas diferentes, pero que comparten aspectos y valores que los
unen y enriquecen.
Ante el embajador de la
República Federal de Alemania en México, Viktor Elbling; la ministra de
Ciencia, Investigación y Artes del Estado de Baden-Württemberg, Theresia Bauer
y el expresidente de la Sociedad Max-Planck de Alemania, Peter Gruss; el rector
Graue destacó los vínculos económicos, comerciales y culturales entre ambas
naciones.
Cerca de mil 800 empresas
germanas dan empleo a 120 mil mexicanos y se estima que generan poco más del 5
por ciento del producto interno bruto (PIB) mexicano. Además, cada año,
alrededor de 2 mil estudiantes alemanes llegan a México e igual número de
mexicanos son recibidos en instituciones educativas alemanas.
La inmigración germana,
agregó, también ha nutrido a las ciencias, las humanidades y a las artes
mexicanas, además de enriquecer la vida científica y cultural de la Universidad
Nacional, que en el presente siglo ha firmado cerca de 100 convenios con
universidades, centros de investigación e instituciones educativas.
“La vinculación con las
universidades e instituciones científicas alemanas es de gran relevancia para
los mexicanos”, expresó Graue Wiechers.
En el inicio de actividades
del Año Dual, que incluyó el recorrido por la exhibición Hecho en Alemania y
por el Túnel de la Ciencia de la Sociedad Max-Planck, el rector celebró la
oportunidad para que estudiantes, académicos y público mexicano conozcan los
avances y logros de la investigación científica de aquella nación.
“La fortaleza científica de
Alemania puede y debe ser un aliciente para estimular nuestro crecimiento. Las
asimetrías entre ambos países son expresión de la atención diferenciada que la
educación, la ciencia y la innovación han tenido por parte de ambos Estados”,
aseveró.
En 2013, la República Federal de Alemania destinó el
2.8 por ciento de su PIB a la investigación científica y el desarrollo
experimental mientras que México sólo invirtió el 0.48 por ciento, subrayó el
rector ante el director General del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Enrique Cabrero; el
presidente del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), Enrique Jacob; y el
director del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del
Instituto Politécnico Nacional (IPN), José Mustre de León.
La comunión de la ciencia y
las humanidades alemanas con nuestro país, añadió Graue, data desde principios del siglo XIX con los
hermanos Alejandro y Guillermo de Humboldt.
El primero realizó
exploraciones para estudiar la biodiversidad, la economía y la cultura
novohispana, mientras que el segundo fundó –en la Universidad de Berlín– un
método para formar a las nuevas generaciones, basado en la investigación y la
docencia.
“La investigación
universitaria, decía Guillermo de Humboldt, debería verse libre de presiones y
de intereses mundanos y tener como principio la búsqueda de la verdad
científica. Bajo su tutela y principios,
la libertad se convirtió en esencia de la universidad pública y el escudo
contra la intolerancia y el dogmatismo”, dijo Graue.
Y es sobre estos principios
que descansa la universidad pública mexicana y latinoamericana.
“Es en las
universidades donde se desarrollan las condiciones necesarias para desafiar
prejuicios, comunicarse entre dogmas distintos y construir los puentes
necesarios para el desarrollo social de una nación”, aseveró el rector.
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