Con la entrega de un
reconocimiento al maestro Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), conmemoraron 70 años de
investigación arqueológica en Tlatelolco, uno de los muchos sitios en los que
el especialista ha trabajado a lo largo de más de cinco décadas.
Luego de agradecer el
reconocimiento otorgado por el INAH, y acompañado también por Francisco Sánchez
Nava, coordinador nacional de Arqueología del Instituto, Matos Moctezuma
ofreció la conferencia magistral Tlatelolco a través de la historia, con la que
comenzó el ciclo de conferencias conmemorativas por los 70 años de investigación
en este sitio arqueológico.
“Tlatelolco representa mucho
para mí”, dijo el arqueólogo, al señalar que la ciudad gemela de Tenochtitlan
despertó el interés de investigadores desde el siglo XIX, cuando un grupo de
especialistas reunidos en la llamada “junta colombina” hizo algunas
excavaciones en el sitio, con motivo de la celebración del cuarto centenario
del Descubrimiento de América.
Pero fue hasta 1944 cuando
el investigador Robert Barlow impulsó un proyecto multidisciplinario en
Tlatelolco, cuyos reportes de excavación, realizados por Pablo Martínez del
Río, fueron reunidos en la publicación Tlatelolco a través de los tiempos.
“Con este trabajo pionero, que culminó en
1948, se logró tener una visión muy completa de Tlatelolco”, comentó Eduardo
Matos, quien posteriormente, en la década de los 60, fue invitado por Francisco
González Rul a participar en una nueva investigación arqueológica, fruto de la
cual fue el hallazgo del Templo de Ehécatl, varios entierros con sus ofrendas,
murales y gran cantidad de piezas y textiles.
Una tercera etapa de
excavación tuvo lugar en 1987, cuando Matos Moctezuma propuso continuar la
investigación para hacer un estudio comparativo de las ciudades gemelas de
Tlatelolco y Tenochtitlan, proyecto que estuvo bajo la coordinación de Salvador
Guilliem, y el cual arrojó hallazgos muy importantes, entre ellos una escultura
de Ehécatl (dios del viento) debajo de una plataforma a un costado del Templo
Mayor.
También se refirió a un gran
descubrimiento posterior, por medio de un rescate arqueológico, de 17
estructuras arquitectónicas, un conjunto de ofrendas, un palo hincado retenido
con lajas y pintado de rojo, una escultura de un hombre con parálisis facial,
idéntico a otro encontrado en Templo Mayor, y tres dinteles de madera de más de
2 metros de largo, que permite ver la tecnología desarrollada en Tlatelolco.
“Este sitio fue el último reducto de la
defensa indígena mexica, de aquí salió el relato anónimo sobre la conquista
española, y también es un lugar emblemático que, a diferencia de Tenochtitlan,
conserva su nombre”, concluyó Eduardo Matos Moctezuma, quien también fue
reconocido con la entrega de dos reproducciones de piezas arqueológicas por
parte del personal que labora en la Zona Arqueológica de Tlatelolco.
En representación de Teresa
Franco, directora general del INAH, César Moheno, secretario técnico del
Instituto, entregó un diploma a Matos Moctezuma por su destacada labor de
investigación en esta zona arqueológica, donde desarrolló uno de sus primeros
trabajos como arqueólogo en los años 60, bajo la coordinación de Francisco
González Rul.
En una ceremonia realizada
en el Ex Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, Moheno destacó la importancia
de reconocer la larga trayectoria de Eduardo Matos, quien ha dedicado toda una
vida a la arqueología, interesado en sitios como Teotihuacan, Tula, Templo
Mayor y Tlatelolco.
(Información y fotografías INAH)
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