A un siglo del
descubrimiento del Templo Mayor de los mexicas, el arqueólogo Eduardo Matos
Moctezuma, quien hace 36 años encabezó su exploración sistemática para su
apertura al público, reconoció al antropólogo Manuel Gamio, como el primero en
identificar evidencias del Huey Teocalli.
En 1914, el antropólogo
mexicano Gamio excavó restos de la esquina sureste, donde fue localizada una de
las cabezas de serpiente de la escalinata del adoratorio del dios
Huitzilopochtli.
En su conferencia dictada en
el Museo del Templo Mayor dentro del ciclo La plaza principal, su entorno y su
historia, el investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH) recordó el descubrimiento que Gamio hiciera hace 100 años en la
esquina de Seminario y Santa Teresa, hoy Seminario y Guatemala, en el Centro
Histórico de la Ciudad de México.
“Vemos cómo dentro de este
espacio, y en torno de lo que fuera la plaza principal de México, empezaron a
aparecer todos estos vestigios. En realidad eso ocurrió hace 100 años. Don
Manuel Gamio hizo excavaciones y encontró la primera esquina del Templo Mayor.
Se los recalco porque siempre dicen: ‘¡Matos lo encontró!’. No, no, no fui yo,
fue todo un equipo de investigadores”.
El autor de Muerte a
filo de obsidiana hizo hincapié en los esfuerzos que a lo largo de más de tres
décadas el Proyecto Templo Mayor ha realizado, exhumando buena parte del
recinto sagrado de la antigua Tenochtitlan. Han sido explorados más de 13 mil
metros cuadrados del Centro Histórico, sacando a la luz los vestigios de la
gran pirámide dedicada a Tláloc y Huitzilopochtli, tres edificios menores,
innumerables esculturas y más de 150 ofrendas.(Información y fotografías INAH)
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