“Imaginé así el escudo
universitario que presenté al Consejo, con la leyenda ‘Por mi raza hablará el
espíritu’, pretendiendo significar que despertábamos de una larga noche de
opresión”, dijo alguna vez José Vasconcelos.
Creador del escudo y lema que
con orgullo ostenta la UNAM, y que son elementos de identidad no sólo de la
comunidad de esta casa de estudios, sino de todo México, el exrector de la
entonces Universidad Nacional de México hizo un aporte enorme: “más allá de la
raza cósmica, unió a todos los latinoamericanos bajo una misma identidad”,
afirmó Fabio Moraga, investigador de la Coordinación de Humanidades y experto
en el trabajo de Vasconcelos.
En el aniversario de su
natalicio (27 de febrero de 1882), la Universidad recuerda al exrector que en
una frase reflejó la “convicción de que nuestra raza elaborará una cultura de
tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima”.
Lema y escudo
En muchos sentidos, José
Vasconcelos marcó el rumbo de la Universidad al definir no sólo la misión de
los universitarios al servicio del pueblo, sino su lema y escudo, resaltó Fabio
Moraga.
El 9 de junio de 1920, fue
nombrado rector de la entonces Universidad Nacional de México, y hasta su
salida (el 12 de octubre de 1921) la dotó de dos importantes elementos de
identidad.
En abril de 1921 propuso al
Consejo Universitario cambiar el escudo que hasta entonces estaba formado por
un águila en un nopal, enmarcada por la leyenda patria: ciencia, amor, salud y pueblo,
y propuso uno nuevo con el lema “Por mi raza hablará el espíritu”.
El escudo, en el que el águila
mexicana y el cóndor andino protegen el mapa de América Latina, plasma la
unificación de los pueblos iberoamericanos, explicó Moraga.
En tanto, “Por mi raza hablará
el espíritu” refleja la realidad de una época en la que las esperanzas de la
Revolución estaban vivas, en la que había fe en la patria y el ánimo redentor
se extendía en el ambiente. Ese “espiritualismo”, que profesaba Vasconcelos era
parte de una corriente intelectual que se plasmó en la educación mexicana por
largo tiempo y que se tradujo en las campañas de alfabetización y las misiones
culturales.
La “raza” es una abreviación
de la “raza cósmica", que refiere el mestizaje en nuestro continente, idea
que posteriormente describió en su ensayo “La raza cósmica”, de 1925.
Ahí, Vasconcelos concreta la
ideología de la "quinta raza", una síntesis de todas las razas del
mundo para construir una nueva civilización. La "raza cósmica" es
resultado de la mezcla de las razas roja (amerindios), blanca (europeos), negra
(africanos) y amarilla (asiáticos).
“Humaniza el tema de la raza,
lo adapta a América Latina, generando un discurso político que mueve a la
gente; es un aporte enorme. Más allá de la raza cósmica, une a todos los
latinoamericanos bajo una misma identidad”, afirmó el también académico de la
Facultad de Filosofía y Letras.
Antes de llamarnos América
Latina, Vasconcelos une a todos sus habitantes bajo la misma identidad política
y cultural; fue una idea trascendente porque, por primera vez, nos hizo razonar
que somos muy parecidos y que necesitamos avanzar juntos, detalló.
La Universidad de la nación
Al ser nombrado rector, José
Vasconcelos dijo «Yo no vengo a trabajar por la Universidad, sino a pedir a la
Universidad que trabaje por el pueblo». Su objetivo fue preparar a los
profesionales que el México posrevolucionario requería.
Durante su gestión se preocupó
por alejar a la Universidad de la imagen elitista. Ya no sólo los privilegiados
tenían acceso a ella; le otorgó una misión histórica al decir: “ésta es la
universidad de la nación, del pueblo mexicano”.
Él dijo que, por sobre todo
eso, “hay algo que trasciende, que es el espíritu y es la misión de la
universidad, que más allá de cambios políticos y estructurales del país,
prevalecerá, y eso se debe rescatar”, destacó Moraga, autor del libro
“Muchachos casi silvestres”.
Adicionalmente, organizó un
programa editorial que comprendía sobre todo la divulgación de los autores
clásicos hacia amplias capas de la sociedad.
El valor de la enseñanza
Vasconcelos estudió en la
Escuela Nacional Preparatoria y luego cursó la carrera de Leyes en la Escuela
de Jurisprudencia; le tocó vivir momentos clave en la historia.
En 1909, junto a Alfonso Reyes
y Antonio Caso fundó el Ateneo de la Juventud, que sienta las bases para
recuperar el sentido nacional mexicano, lograr una identidad latinoamericana y
lograr un desarrollo sin depender del extranjero.
Desde antes de ser rector de
la Universidad, elaboró el proyecto para crear la Secretaría de Educación
Pública, que se concretó en julio de 1921, y en octubre de ese mismo año
protestó como primer secretario.
Siendo rector de la
Universidad lanzó una ambiciosa campaña de alfabetización, a la cual dio
seguimiento y mayor impulso con las Misiones Culturales, cuando se convirtió en
secretario (1921–1924). Los improvisados maestros alfabetizadores, profesores
normalistas y estudiantes fueron primordiales para llegar a sitios apartados y
mostrar a la población el valor de la educación y la universidad.
Como secretario impulsó una
gran reforma educativa, inició la alfabetización, la construcción de escuelas,
apoyó el muralismo, la creatividad poética, la conciencia hispanoamericana y
captó la ayuda de intelectuales latinoamericanos como Pedro Henríquez Ureña y
Gabriela Mistral.
Doctor honoris causa por la
Universidad Nacional; miembro de El Colegio Nacional y de la Academia Mexicana
de la Lengua; autor de textos como “Estudios Indostánicos” (1919), “La Raza
Cósmica” (1925), “Ulises criollo” (1936), “El desastre” (1938) y “La flama”
(1959), José Vasconcelos falleció en 1959.
(Información e imágenes DGCS-UNAM)
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