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Baño de sangre 2017

Concluye uno de los años más violentos en la historia de México. Homicidio, secuestro y extorsión marcan el 2017, con claras fallas de las autoridades de los de gobierno; queda claro que el Estado falla en una de sus tareas básicas: brindarle seguridad a los ciudadanos.

Las cifras son escalofriantes; de acuerdo con Informe de víctimas de homicidio, secuestro y extorsión 2017, del Centro Nacional del Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los primeros once meses del año, se registraron 42,583 homicidios, de los cuales 26,573 fueron dolosos y 16,010 culposos. Lo anterior promedia 127 por día, es decir, la muerte recorrió el país a 5 cadáveres por hora. De Secuestros se registraron 1,275 casos y 5,357 de extorsiones.

Hay que resaltar que “la incidencia delictiva se refiere a la ocurrencia de presuntos delitos registrados en averiguaciones previas o carpetas de investigación iniciadas, reportadas por las Procuradurías Generales de Justicia y Fiscalías Generales de las 32 entidades federativas, instancias responsables de la veracidad y actualización de los datos”.

Más allá de las cifras, preocupa, que la escalada de violencia en la República, la cual estuvo acompañada de un alto porcentaje de impunidad y con una dudosa “actuación” de las policías, tanto preventivas, como de investigación.

Está claro que la gente se siente insegura, tiene miedo y no denuncia. Sólo hay carpeta de investigación en los delitos que se requiere, como los tres mencionados al inicio. De acuerdo con la séptima edición de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (ENVIPE) 2017, la percepción de inseguridad de la población de 18 años y más en las entidades federativas, se ubicó en 74.3 por ciento.

En 2016, el costo total a consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares representó un monto de 229.1 mil millones de pesos, es decir, 1.1% del PIB. Lo cual equivale a un promedio de 5,647 pesos por persona afectada por la inseguridad y el delito. Y se prevé que las cifras se incrementarán este año.

Además hay que subrayar la cifra negra, es decir el nivel de delitos no denunciados o que no derivaron en averiguación previa fue de 93.6% a nivel nacional durante 2016, mientras que en 2015 fue de 93.7 por ciento.

Textualmente hay que decirlo: El Estado le falla a la ciudadanía y los principales motivos que llevan a la población víctima de un delito a no denunciar son porque consideran a la denuncia como pérdida de tiempo con 33.1% y la desconfianza en la autoridad con 16.5 %. Así 2017 se bañó de sangre.

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