El sindicalismo en México
está en uno de sus momentos más complicados. Quizás la Revolución Mexicana
jamás se concretó. La tierra se volvió a privatizar, hay inversión extranjera
en energéticos, se reinstauró la reelección, la seguridad social se privatizó y
algunos líderes sindicales acatan lo que ordena el patrón, en algunos casos es
el propio gobierno.
La educación pública en este
país está en la mira de la iniciativa privada, por los recursos públicos que
representa, pero hay que nulificar al Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE) en más numeroso de América
Latina, el cual “aceptó” pagar sus comisionados. Pero los trabajadores tienen
derecho a que uno de sus compañeros los represente laboralmente y vele por sus
derechos, como es un mismo empleado, su salario lo cubre el patrón y/o
gobierno, el tiempo que dura su gestión.
Para empezar habrá que
preguntarle a los maestros de México sí quieren pagar el salario de su
representante sindical, Juan Díaz de la Torre.
Y la pregunta queda en el
aire: ¿esta fórmula se aplicará a todos los sindicatos de los gobiernos federal
y locales? Cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar.
Cierto que los excesos de
algunos dirigentes del SNTE los llevó cavar su propia tumba, porque luego de
décadas de “chapulines” hasta se jubilaban, estaban como representantes de
sindicales, diputados, senadores, partidistas, como servidor público y seguían
con su salario de maestro. Eso sí se debe acabar, pero no con el derecho de los
trabajadores a que uno de sus compañeros los representen y con salario pagado
por el patrón.
Es decir sí su gestión dura
cuatro años, con derecho a una reelección de otros cuatro, está bien, luego que
se regrese a su lugar y que vengan otros “sufragio efectivo, no reelección”;
quienes se eternizan en un mismo cargo sindical, en la mayoría de los casos
terminan como cómplices del patrón y lejos de sus compañeros.
La Secretaria de Educación
Pública (SEP) informó que se dejará de pagar a unos 2,200 comisionados
sindicales, con lo que se ahorrarán mil millones de pesos anuales. Ahora nos
deben explicar quiénes son y qué hacían, para retirar el velo de los “aviadores”
y por tratarse de recursos públicos es deber que lo hagan. Nunca más la
complicidad del silencio.
Sin temor a dudas esto
sienta un precedente que pone en jaque al sindicalismo en México, donde los “liderazgos”
son eternos y los salarios son pagados con el erario.
Para empezar la dirigencia
nacional del SNTE debería quedar fuera de la nómina federal y los más de un
millón de trabajadores de la educación tener la posibilidad de decir sí quieren
pagar sus salarios, que son muy mayores a los que dicen representar.
Y están en puerta los
relevos de las dirigencias seccionales de la 10 y 11 en el Distrito Federal,
serán pagadas por sus compañeros o por la SEP.
Textualmente
hay que decirlo: Se acabó la revolución se dieron pasos para
atrás, la seguridad social y representación ganadas por los trabajadores se
acaban por los excesos y abusos de quienes se eternizaron en el cargo y los
designios del grupo en el poder, a los que ahora ya no le son de utilidad los
sindicatos. Ahora se pueden llevar a la educación entre las espuelas. Veremos
que sucede.
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