Primer
tercio
La situación de los jóvenes
en México se complicó en los dos últimos años. Al concluir el primer tercio de
la actual administración federal existe un número indeterminado de
desaparecidos, entre los que se encuentran los 43 normalistas de Ayotzinapa,
Guerrero; los casi 200 mil alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN)
están en paro de labores, además de que persisten los rezagos históricos de
acceso a la educación de calidad, así como a un empleo formal, con un salario
justo.
Hoy vemos a los jóvenes
manifestarse en las calles en demanda de justicia en el sentido más amplio.
Situación que ha sido criminalizada en varias ocasiones.
Así, las detenciones
arbitrarias contra jóvenes manifestantes se convirtió ya en una constante, que
concluye al paso de los días con un: “Disculpe Usted”. Así los movimientos en
redes sociales como el #YaMeCanse #JusticiaparaAyotzinapa #20Noviembre y
#TodosSomosPolitecnico, por citar algunos casos son un grito de millones de
jóvenes que no encuentran respuestas en la realidad que les tocó vivir.
Esta puede ser la mejor generación
de estudiantes, con la peor de administradores públicos, de los tres niveles de
gobierno, conjunción que es mala para el país, toda vez que las autoridades no
sólo no brindan apoyo sino que complican la situación.
Persisten los fantasmas que
aquejan a los jóvenes, los cuales se reflejaron en la Encuesta Nacional de
Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2013, en la que se
asienta que el tema que más preocupa a los jóvenes (18 a 29 años) es la
inseguridad (56.6%), por encima de temas emergentes como el desempleo (49.2%),
pobreza (31.4%), educación (30%), corrupción (28.6%), salud (28.2%), aumento de
precios (28.1%), entre otros.
Se estima que hoy en día, en
México residen 20.2 millones de personas entre 15 y 24 años de edad y
representan cerca de la quinta parte de la población total. Entre ellos, la
mitad (10.4 millones) son adolescentes y el resto son adultos jóvenes (9.8
millones).
El estado que guardan
actualmente las condiciones domésticas, educativas, sanitarias, laborales,
sexuales y reproductivas de los jóvenes, así como su evolución futura, son
determinantes en el aprovechamiento de lo que se conoce como el bono demográfico,
sin embargo la realidad que se vive por el momento no hace ver un mejor
horizonte.
Como ejemplo hay que retomar
las repuestas de la Consulta de Tendencias Juveniles 2013 realizada por
Instituto de la Juventud del Distrito Federal (InjuveDF), en la que se asienta
que el 55.43% de jóvenes de la ciudad de México entre los 14 y 29 años de edad
“no es feliz” y la situación prevaleciente en diferentes factores de su entorno
y vida los hace sentirse “deprimidos” en 66.89%.
Así el sentir de los jóvenes
en la capital del país no es muy distinto al de otras urbes, ni tampoco lo es
de los que viven en zonas rurales, quienes además se ven en la necesidad de
migrar para tener acceso a la educación, al empleo y otros aspectos.
Textualmente
hay que decirlo: Hace falta mucho por hacer y aún no se empieza
nada. Las promesa de una reforma educativa, que lleve a un servicio de calidad, y la reactivación del empleo formal están todavía en la imaginaria de los
funcionarios, mientras que en cada fosa clandestina que se abre se encuentra muerto
un joven que debió ser parte del futuro de la nación.
* Adalberto Villasana,
Premio Nacional de Periodismo 2005, que otorga el Club de Periodistas de
México, en la categoría de Divulgación de la Educación, Ciencia y Tecnología.
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