En todo el mundo, los obreros son sustituidos en los
procesos de manufactura para reducir los costos de operación e incrementar las
utilidades, afirmó Humberto Mancilla Alonso, académico de la Facultad de
Estudios Superiores (FES) Aragón.
A partir de la creación del concepto ‘mecatrónica’, hace
décadas, se ha generalizado el uso de robots. “Lo primero que viene a la mente
son los dedicados a ensamblar vehículos, pero su inserción en otras actividades
ha sido masiva. Es el caso también de la industria farmacéutica, pues la
robótica no sólo está presente en los oficios, sino en las profesiones.
Al respecto, el investigador de la UNAM advirtió que el
desarrollo vertiginoso de la tecnología debe ir acompañado de la parte
humanística. No debe usarse para sustituir la creatividad o la fuerza de
trabajo, sino para mejorar otros aspectos como el medio ambiente.
“La tecnología genera empleos, pero en menor cantidad y más
especializados, por lo que cada vez se requiere de mayor capacitación”,
consideró.
En esa tendencia, otras profesiones podrían ser realizadas
por máquinas. En la impartición de justicia, remarcó el universitario, si los
sistemas de inteligencia artificial interactúan para determinar la inocencia o
culpabilidad, ya no sería necesaria la presencia de abogados o jueces.
Además, cada vez se generan más sistemas automatizados.
Ahora ya no es necesario ir a las oficinas de gobierno para tramitar copias
certificadas de actas de nacimiento, se hace por Internet y el documento se
genera prácticamente en tiempo real. “Ya no se requiere del personal que antes
cotejaba los datos en los libros; un proceso de dos semanas se concreta en un
día”.
Mancilla recordó que esta sustitución ya ocurrió, durante
la Revolución Industrial, cuando las nuevas tecnologías (de vapor
principalmente) sustituyeron a los humanos; pero surgieron nuevos empleos, que
no existían antes y demandaban especialización.
El problema es que, a diferencia de entonces (cuando los
cambios fueron paulatinos y la gente se adaptó poco a poco), hoy el desarrollo
de la tecnología es vertiginoso; “vamos muy rápido y la sociedad no se está
adecuando”.
Además, la gente intenta consumir productos “prácticos” y
prefabricados. “No te preocupes, no pienses, la inteligencia artificial lo hace
por ti”, y eso vuelve el panorama más oscuro. Las nuevas tecnologías están en
actividades tan comunes como hacer las compras; pero no sólo eso, sino que los
algoritmos en Internet hacen recomendaciones con base en los gustos de cada
persona.
“Cada año, por ejemplo, salen nuevos teléfonos
inteligentes, que son adquiridos sin importar el costo, pero cabe preguntarse
qué haremos cuando la tecnología rebase nuestra capacidad adquisitiva, ¿quiénes
podrán pagarla y quiénes la desarrollarán?”.
Finalmente, Mancilla opinó que se debe evitar llegar al
momento en que ni siquiera entendamos a la tecnología y sólo seamos
consumidores. “No nos hemos preocupado por las consecuencias; debemos ser más
conscientes de lo que hacemos con estos conocimientos y con el planeta”.
(Información y fotos DGCS-UNAM)
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