domingo, 11 de noviembre de 2018

Cuentan la historia de los cambios en los mares



En estos acervos, la historia de cómo han ocurrido los cambio en los mares de México es contada por peces, invertebrados marinos, crustáceos, equinodermos, esponjas marinas y muchas otras especies acuáticas.
Se trata de las colecciones del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, invaluables y únicas. Son verdaderos observatorios de costas, mares y lagos, afirmó Elva Escobar Briones, directora de esa entidad.
Son de las más importantes del país por su origen y porque ha habido continuidad y cuidado para mantenerlas. Constituyen tesoros de datos científicos, muestras orgánicas y evidencia de las modificaciones de la diversidad de los mares mexicanos.
“Tenemos el compromiso de conservar este legado, que contiene herramientas de evaluación que describen cómo cambia la diversidad con el paso del tiempo y con la presencia del ser humano en los mares y en las costas”, dijo.


Para fomentar el intercambio entre los responsables de estas colecciones y especialistas nacionales y extranjeros interesados en utilizarlas para su trabajo científico, la entidad universitaria organizó la reunión académica “Colecciones del ICML: Contribución al Conocimiento de los Mares de México”.
En la inauguración, en el auditorio Agustín Ayala Castañares, Escobar añadió que para nuestro país ese capital natural es importante porque provee información para la toma de decisiones, prevención, conservación, investigación y para el uso sustentable de los recursos marinos y sus ecosistemas.
Taxonomía para observar la diversidad biológica
Las colecciones del Instituto forman parte de un conjunto de datos y muestras que fueron colectados por décadas, y muchas datan de la primera mitad del siglo pasado.
Del cúmulo de peces, conchas o esponjas que se colectan en el mar, se obtiene un material organizado, capaz de catalogarse con datos georreferenciados del sitio de origen, con detalles de la especie en bases de datos.
“Para el país son herramientas de gran valor porque permiten que a través de la taxonomía se dé la base de la observación de la diversidad biológica”, subrayó Escobar.
Estudiarla es un asunto complejo porque tiene muchas escalas de tiempo y espacio, así como varios niveles de organización, que van desde genes hasta escalas geográficas.
Las colecciones se vinculan con diferentes redes en el país para dar a conocer cómo cambian muy específicamente esponjas o poliquetos, peces y especies de importancia comercial, según las variables esenciales biológicas y oceanográficas, que son necesarias para interpretar a la biodiversidad.
Los estudios se completan con diferentes herramientas con las que cuenta el Instituto, la UNAM, y otras que se obtienen mediante colaboraciones en el marco regional e internacional: sensores remotos, estudios del color del mar y métodos de análisis como la fluorometría, añadió.


Ejemplares únicos y especializados
En el acervo universitario destaca la Colección Ictiológica, que custodia y conserva especies de peces marinos, salobres y de agua dulce en México. Tiene su origen en el material del antiguo Museo Nacional de México (posteriormente nombrado Museo de Historia Natural Chopo), entregado al entonces Departamento de Ciencias del Mar y Limnología, del Instituto de Biología, en 1969.
La Colección Malacológica, desarrollada por Antonio García Cubas en la década de 1950, se refiere al estudio de moluscos, un abundante grupo animal con gran cantidad de especies descritas. Una división de la malacología, llamada conquiliología, estudia los moluscos con concha, de los que hay notables ejemplares en el acervo universitario.
Por su parte, la Colección Ecología Pesquera de Crustáceos analiza la biodiversidad de megacrustáceos y de los recursos pesqueros de la plataforma y talud continental de las costas del Golfo de México (Tamaulipas a Quintana Roo). El objetivo de este proyecto es determinar la biodiversidad bentónica (del fondo marino), las asociaciones comunitarias, abundancia y distribución de etapas larvarias de camarones, recursos pesqueros potenciales y toxinas de caracoles y babosas marinos, entre otros gasterópodos, en fondos suaves del talud continental del Golfo.


Al referirse a la reunión, Escobar Briones resaltó que el objetivo fue el acercamiento entre curadores de las colecciones del ICML y de otras instituciones interesadas en la diversidad biológica del país, vinculadas a programas internacionales.
“Esto nos permite definir prioridades para las colecciones y reconocer cuáles serán los retos futuros. Utilizando los datos que ya tenemos, planearemos la mejor manera de conocer la diversidad del país”.
(Información y fotos DGCS-UNAM)

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