La Teoría de la Relatividad
General de Einstein fue validada por un equipo de astrónomos que sigue con
detalle a un grupo de estrellas en el centro de nuestra Vía Láctea, cuyos
movimientos están regidos por la intensa gravedad del agujero negro supermasivo
que se ubica también en el centro de nuestra galaxia.
Los expertos siguieron de
cerca la posición y velocidad de una de ellas, la S2, y observaron un
enrojecimiento gravitacional que coincide con las predicciones hechas mediante
dicha teoría.
“Es bueno que podamos
verificar en campos gravitacionales débiles como el de la Tierra, y en campos
gravitacionales muy intensos, como el centro de la galaxia, que la física que
conocemos es válida en estos casos y que la evolución de los objetos está bien
descrita por la Teoría de la Relatividad General”, expuso José Franco,
investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Esto corrobora que la ciencia
avanza con bases firmes, por lo que es la mejor forma que tenemos para entender
el origen, evolución y, probablemente, el final del Universo, dijo.
El equipo internacional de
astrónomos, del Max Planck Institut für Extraterrestrial Physik, de Garching,
Alemania, y del Observatorio Europeo Austral (ESO), vigila en particular el
movimiento de la estrella S2, que es la que pasa más cerca del centro y que al
momento de una de las mediciones se ubicó a 20 millones de kilómetros del
agujero negro, desplazándose a una velocidad de 25 millones de kilómetros por
hora (casi tres por ciento de la velocidad de la luz).
La estrella orbita el agujero
cada 16 años y ha sido seguida a lo largo de 25 años por los expertos, que con
ayuda del Very Large Telescope (VLT) y su instrumentación han logrado las
observaciones más precisas del movimiento de un objeto en el centro galáctico.
Con este trabajo, prosiguió
Franco, además de verificarse la Teoría de la Relatividad General se muestra la
potencia de la tecnología desarrollada en los últimos años por los astrónomos,
pues se siguieron las órbitas de los objetos de forma meticulosa, algo que no
es sencillo porque el centro de nuestra galaxia está lejos y fuertemente
oscurecida por grandes nubes de gas y polvo.
El agujero negro supermasivo
en cuestión, el más cercano a la Tierra, se encuentra a 26 mil años luz de
distancia y tiene una masa cuatro millones de veces más que la del Sol. La zona
está rodeada, además de las nubes oscuras, por un pequeño grupo de estrellas
que orbitan a su alrededor a gran velocidad.
Teoría comprobada
La Teoría de la Relatividad
General, publicada en 1915, describe cómo se comportan los cuerpos en campos
gravitacionales de cualquier tipo, pequeños o grandes. Sus predicciones
incluyen la deflexión de la luz en la presencia de masas y el cambio de ritmo
del tiempo debido a los campos gravitacionales.
Esto último también es
equivalente a una variación en la frecuencia de la luz cuando cambia el
potencial gravitacional. Dicho en otras palabras, la frecuencia de reloj
atómico cambiará si se le pone en un campo gravitacional diferente.
“Una de las primeras
comprobaciones de que la teoría de Einstein era correcta fue la desviación de
la luz por el campo gravitacional del Sol, observada en el eclipse total de Sol
de 1919”, recordó Franco.
La teoría explica que si
entendemos a la gravitación como una deformación del espacio-tiempo, entonces
cualquier objeto, masivo o no, que pase cerca de una masa, sufrirá una
deflexión. Asimismo, el cambio en el ritmo de los relojes implica que la luz
que sale de un campo gravitacional se enrojece, añadió el también titular del
Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
En el caso de la estrella S2,
“hay un enrojecimiento gravitacional que ocurre justamente por la presencia del
campo tan intenso (del agujero negro), y esto fue lo que observaron los
investigadores y que confirma el efecto relativista en presencia de campos
gravitacionales fuertes”, explicó.
La deflexión de la luz y su
enrojecimiento son dos efectos diferentes, añadió. La deflexión se ha venido
verificando desde el eclipse de 1919, y a lo largo de los últimos años, en
regiones del Universo donde hay concentraciones de masas importantes, que
generan los llamados lentes gravitacionales, o deflexiones de luz que modifican
la imagen de objetos que están alrededor.
El enrojecimiento
gravitacional, por otro lado, se ha verificado en la Tierra, con el llamado
efecto Mössbauer, que permite medir el corrimiento hacia el rojo de un haz de
luz que se emite hacia arriba, en contra de la dirección del campo
gravitacional. También con el sistema GPS, que requiere ajustes debido al
corrimiento gravitacional para mantener la precisión en el sistema de relojes.
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