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Pagaré
difícil de cobrar
Invertir en los jóvenes de
México siempre será bienvenido, pero deberán ser recursos en proyectos
nacionales perfectamente definidos, porque cada vez tenemos menos márgenes de
error. Hay que crear las condiciones necesarias para que los jóvenes sean la
palanca de desarrollo de la nación, no así el fondo perdido.
Los recursos que se destinen a
las nuevas generaciones deben ser perfectamente analizados, más aún en un país
en el que el dinero no sobra, al contrario, nunca alcanza.
Esa inversión en los jóvenes
debe de volver a la nación como parte del desarrollo personal, académico y
profesional de cada joven, porque cada logro de ellos es de la sociedad
mexicana en su conjunto, la cual paga impuestos y ese dinero se destina a su
formación.
La realidad es desoladora, de
los 39 millones de jóvenes de 12 a 29 años que hay en México, el 44.3 % vive en
situación de pobreza y 60 % tiene empleos informales y precarios, por lo que
“el bono demográfico que representaban para el país, se está convirtiendo en un
pagaré difícil de cobrar”, dijo José Antonio Pérez Islas, coordinador del
Seminario de Investigación en Juventud, durante la inauguración del Congreso
“Jóvenes en movimiento, realidades, acciones y proyecciones”.
Y es que un joven no se quiere
meter a trabajar en una empresa ocho horas por un salario de alrededor de cien
pesos, claro está, porque en la informalidad recaba más, sin tener una figura
de autoridad o una meta que cumplir, salvo la que él mismo se fija.
Tampoco los resultados en
educación son alentadores; en este rubro se responsabiliza siempre en su
totalidad al maestro, pero jamás se cuestiona sí el alumno tiene el deseo de
aprender.
Es un mundo de contradicciones
y paradojas; hay gente que quiere tener dinero, pero no quiera trabajar;
tampoco les gusta la escuela. Pero la juventud tiene en las universidades un
espacio único para la gestación de su libertad, que sólo se obtiene por el camino
del conocimiento.
En México los jóvenes son el
31 % de la población total, pero 50.6 % de ellos tiene un ingreso mensual
inferior a la línea de bienestar, es decir, no les permiten adquirir una
canasta alimentaria ni servicios básicos; 41.2 % no tienen ninguna prestación
laboral; y 64 % carece de seguridad social, indica Coneval.
Textualmente
hay que decirlo: se debe de invertir en los jóvenes, ofrecerles
las oportunidades de educación de calidad y empleo digno; la selección será
natural, el que no quiera se irá.
En Twitter @TXTUALes y en Instagram
@villasana10
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