Una
realidad
La llamada “reforma
educativa” continúa sin dar los resultados esperados, se quedó en lo
administrativo, en un ejercicio de premios y castigos, donde lo menos
importante son las condiciones laborales del profesor, vistas por el propio
secretario de Educación Pública, Aurelio Niño, que ya recorrió muchas de ellas.
Dicen que será la
autogestión lo que mejorara los planteles, pero por otra parte la Secretaría de
Educación Pública (SEP) centraliza lo administrativo, la nómina magisterial,
por ejemplo.
Hoy sólo se busca someter a
los que disienten, se busca acallar al que cree algo distinto; sólo una cosa,
donde todos piensan igual, nadie piensa. En la confrontación de ideas está el
progreso.
Los gobierno federal y
locales no solamente deben aplicar sanciones laborales, están obligados a
mejorar la calidad de la educación y construir un sistema de evaluación objetivo,
equitativo y útil, a fin de que la “reforma educativa” sea tal.
Aún tengo la percepción de
que los actuales servidores públicos en el ramo se dedican a administrar la
crisis, sin emprender acciones que impacten de manera efectiva en la calidad de
la enseñanza pública, no se trata de darle un lugar a todos, sino de que la
escuela sea la gran palanca de desarrollo de la nación.
Dónde está el gran debate
nacional para revisar el qué y para qué de la enseñanza pública en México,
también se requiere de una evaluación real de las condiciones de trabajo,
físicas y humanas, la nutrición de los niños.
Una sociedad que no
transmite conocimiento genera violencia y la educación, por el contrario,
contribuye a evitar la injusticia y la corrupción, además de ser palanca de
desarrollo y motor de cambio en las sociedades.
En el sistema educativo
mexicano por más de una década los gobiernos se han dedicado a administrar la
crisis y el problema se agrava, ya que ahora no sólo hay que resolver la
cobertura sino que también, ahora la calidad, además del empleo para los
jóvenes egresados de universidades.
Y es que sólo el 48.8 por
ciento de los jóvenes que concluye una carrera profesional labora en
ocupaciones que no sólo no tienen relación con sus estudios, sino que no
requieren instrucción universitaria; el 55.2 por ciento restante es contratado
en algo relacionado con su carrera, de acuerdo con cifras del Instituto
Mexicano de la Juventud (Imjuve).
En educación media superior,
está un auténtico cuello de botella del sistema educativo nacional, ya que es
aquí donde se dan los porcentajes más altos de deserción y reprobación, 43.3%
de los jóvenes se ubicaron en el nivel I en la evaluación de lenguaje y comunicación
y 51.3% en matemáticas. Y encima se genera un conflicto donde hay calidad como
en el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Textualmente
hay que decirlo: Es momento de evaluar también a los
funcionarios públicos, pasa el tiempo y lo único que vemos es promoción de su
imagen, los resultados están lejos de lo esperado, se habla mucho de lo
administrativo, pero no se ve el gran proyecto para mejorar la enseñanza
pública en México.
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