Falla
estructural
El Sistema Educativo Nacional presenta severas fallas estructurales que no se solucionarán con reformas administrativas y programas cosméticos; se requiere de acciones de fondo. ¿Estudiar para qué?
Como ya se ve el maestro es
tratado deshumanizadamente, de hecho todos los trabajadores de la educación.
Son evaluados, sancionados y algunas veces premiados, por hacer lo mismo que se
hace desde hace mucho tiempo y bueno, ya conocemos los resultados: baja
comprensión de la lectura y mal razonamiento matemático.
Uno de los principales
factores es que la Secretaría de Educación Pública (SEP) desde hace mucho
tiempo tiene un administrador público al frente, un burócrata con aspiraciones
y deseos de hacer, lo que llaman, “carrera política”, pero los grandes
educadores, los que saben de procesos de enseñanza-aprendizaje, los que conocen
la realidad de las escuelas, esos no son tomados en cuenta al hacer reformas “educativas”.
Hay que reconocer que el
Sistema Educativo Nacional es uno de los más grandes y complejos de los países
miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE); tiene sus carencias, pero también sus aciertos, toda vez que atiende a
más de 30 millones de alumnos en todos los niveles, una cuarta parte de la
población en el país va a la escuela. Ahora el reto es que sea una enseñanza de
calidad, útil para la vida y el trabajo del individuo.
Sin embargo, persisten las
desigualdades estructurales, lo cual polariza de manera significativa a la
población escolar, en la que se puede encontrar alumnos de excelencia y también
muchos con marcadas deficiencias.
Ello implica escuelas en
malas condiciones y profesores menos capacitados o con pocos recursos
didácticos y humanos, quizás alumnos mal alimentados, que llegan cansados a la
escuela, el problema es multifactorial. Disparidades que tienden a replicarse
en todos los niveles escolares, pero son remarcadas en las zonas más pobres, cuya población usualmente accede a
una instrucción que no cubre los parámetros mínimos de calidad.
Hay estimaciones del
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) del 2014 que
indican: cerca de 4.5 millones de niños y jóvenes de entre tres y 17 años no
acudieron a la escuela, lo que representó 13.2 por ciento de la población total
en este rango de edad.
En el país la población en
edad escolar seguirá creciendo y que se cuenta con capacidad de acceso para los
alumnos de primaria y secundaria, pero no para los de preescolar. En cuanto a
la educación media superior, en algunas localidades de México no hay planteles
para atender la demanda.
Textualmente
hay que decirlo: La capacitación y actualización constante al
docente es el camino. No es cesando un profesor como se resuelve el reto de la
calidad de la educación en el país. No podemos esperar un mejor desempeño
escolar si no hacemos nada por la formación académica de los profesores. Pero
no es un tema de premios y castigos, sino de compromisos de la autoridad, de
los docentes, padres de familia y alumnos, porque la solución es global.
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